Y amanece el penúltimo día de marcha. Poulle at Velo ha resultado ser un sitio agradable. Perfecto para un globlero. Se presenta un día soleado, por lo que por primera vez salgo en manga corta. Cargo las alforjas, ¡y al pedaleo! 86 km por delante y una incógnita: ¿qué tal responderé hoy? Avanzan los km y no voy mal, disfrutando del camino llego hasta la ciudad de Agen, en la que la ruta discurre por un parque repleto de gente haciendo deporte. En bici, corriendo, con patines, incluso con una especie de bicicleta en la que el tío iba tumbado mientras daba pedales. Increíble.
Por fin, y aunque parezca extraño, me tocaba pinchar. Tras rodar sobre una pista de tierra con bastantes baches, empiezo a notar que la rueda trasera no va bien, está un poco baja. Con el peso de las alforjas, lo normal es que la rueda vaya baja, pero no tanto. Espero a que en cualquier momento me deje tirado, pero nada, sigue estable dentro de su mal estado. La hincho un par de veces y se mantiene. Intento encontrar un gasolinera para hincharla a tope, pero es imposible encontrar nada, estoy a 20 km de Agen y cada vez menos pueblos. Me salgo una vez de la pista y busco una gasolinera a la aventura, hasta que un lugareño me dije que hay una a unos 8 km, desecho la idea y vuelvo a la pista. Al ir con la rueda baja, tampoco puedo ir muy rápido, y voy a un trote cochinero con el que me cuesta hacer los km. El agua empieza a escasear, una vez más, es imposible encontrar ningún sitio donde repostar. Por suerte, encuentro un cartel de una casa rural en la que alquilan bicis. Esta es la mía. Tras un par de km, llego a una casa en la que gracias al señor, hincho la rueda a tope y compro coca-cola y agua. Un par de barritas, y ya como nuevo, al pedaleo.
Parece que voy como nuevo, no sé si ha sido el repostaje o que he hinchado la rueda, así que aprieto el paso y recupero lo km que he perdido durante media mañana. Rodando a gusto. Cuando llevo más o menos 55 km, me encuentro un bar con terraza en el que dan comidas, así que decido parar y terminar el primer sector del día. Como siempre, me pido una ensalada, y de segundo, paella, o algo parecido. Le pueden poner toda su buena intención, pero mezclar en la misma paella chorizo, pollo y gambas, pues no sé, como que no, encima, está un poco caldosa. Pero cuando el hambre aprieta…
Nada más terminar de comer, y al coger la bici, descubro que la rueda está muy-muy baja. Al final, sí que estaba pinchada. Así que no me queda más remedio que desmontar la cámara. Pero no me quejo, después de cuatro días, es el primer pinchazo. Termino de ponerle una cámara nueva, y otra vez al canal, me quedan 30 km para la tarde.
Durante la tarde no pasa nada raro, hasta que llego a la última esclusa del día. Es el momento de buscar la casa rural. Sobre el plano, Bourdelles está junto al canal, así que me imagino no tendré problemas. Salgo del canal y me dirijo a las casas más cercanas, en busca de un cartel que indique el pueblo o la casa. Pero nada. Ni una pista de donde pueden estar. Sigo dando vueltas hasta que una pregunto a una señora y me dice por dónde tirar: tengo que cruzar el río Garona, que discurre junto al canal. Realmente no estaba equivocado, pero me había confundido con la orilla. Así que no me queda más remedio que seguir, esta vez junto al río, hasta que lo cruzo por un puente que está 2 km más arriba. Y después, vuelve atrás por el curso del río. Veo el pueblo a lo lejos, y me queda un ratillo hasta llegar. Con la tontería, y cuando pensaba que ya había llegado, me he tirado casi una hora más sobre la bici, y llego bastante cansado al tener que hacer el último tramo con un fuerte viento en contra.
La casa rural está junto al río, está bastante bien, y por suerte, hay una persona que habla español y me ayuda a explicarle al casero que estaría bien si pudieran prepararme algo para cenar. Sin problema, me ponen algo de cenar. De este modo evito tener que ir hasta La Reole a cenar algo, Bourdelles es muy pequeño, y no hay ni bar ni restaurante. Mientras estoy cenando, cae una tormenta espectacular, truenos, rayos y mucho viento. Buff, por que poco.