Hoy nos hemos levantado bastante temprano, antes de las 6. Todavía no había amanecido, pero con la niebla que había tampoco se podría haber visto el amanecer. Como el motel no tenía servicio de desayuno, lo hemos improvisado gracias a la cafetera que había en la habitación (en todos los moteles tienes una) y unas galletas que compramos el día anterior. Por cierto que a esto no se le puede llamar café, más bien agua manchada. Como el día anterior llegamos de noche, hemos aprovechado para sacar unas fotos al Wheel Wagon Motel, un clásico de la ruta.
Una vez hemos abandonado Cuba, no hemos tardado mucho en encontrarnos con el primer punto de interés del día, el Fanning 66 Outpost. Se trata del típico sitio en el que se venden souvenirs de la ruta, pero como todos ellos, con una decoración increíble. Pero este lugar destacaba sobre todo por tener la silla más grande del mundo. ¡Haría falta una escalera solo para sentarse! Como hemos llegado muy pronto, la tienda aún estaba cerrada, por lo que nos hemos librado de comprar el recuerdo de rigor. Parece ser que la costumbre es ir comprando gifts durante la ruta, de hecho en la guía nos avisa cada vez que hay una tienda de souvenirs.
Después de estar conduciendo un buen rato, nos hemos parada a desayunar de nuevo en Sant Robert, en una pequeña cafetería. Una par de huevos con bacon y patatas, ese es el desayuno americano. Y café a raudales por supuesto, ya que la camarera pasa cada cinco minutos para rellenar la taza. Se nota que nos estamos adentrando en la América profunda. Cada vez se ven más personas vestidas con trajes de camuflaje de cazador, y claro que sólo se ven rancheras, es raro ver un turismo. Tras el desayuno hemos hecho una pequeña parada en la calle principal de Waynesville, y sin darnos cuenta hemos aparcado frente al colegio electoral. La gente iba entrando a votar. No lo he comentado, pero hoy es día de elecciones en USA. Desde qué entramos en el país, no hemos dejado de ver carteles de Obama y Romney por todos los sitios. Pero sobre todo, en los jardines de las casas. Son los típicos carteles clavados en el jardín. En Waynesville en cambio, teníamos la oficina electoral de los republicanos enfrente, y tenían plagado de carteles hasta el coche. Pero no solo eligen al presidente y a su senador, sino que también al sheriff de cada condado, al menos es lo que deducimos por los carteles.
Al de poco de salir del pueblo, nos hemos encontrado con un control policial, ¡vaya casualidad! Ya nos estábamos poniendo nerviosos, ya que había que sacar todos los papeles, y no sabíamos con que poli nos íbamos a encontrar, con el bueno o con el malo. Nada más bajar la ventanilla nos ha pedido la documentación, tanto del coche como la nuestra. Le he dicho que tenía que ser el pasaporte, ya que éramos extranjeros. Entonces le ha cambiado la cara, y al decirle que estábamos haciendo la ruta, se le ha alegrado la cara y no ha hecho falta sacar ningún papel, nos ha dejado seguir amablemente. Muy majo el policía. Realmente no teníamos nada que esconder, pero todo hubiera sido encontrarnos con un hueso como el de inmigración del primer día y perder un buen rato de nuestro precioso tiempo.
Y ya no nos hemos detenido hasta Lebanon, donde se puede visitar un pequeño museo sobre la ruta. Nos ha costado encontrarlo, ya que estaba dentro del edificio de la biblioteca municipal, y teníamos una foto de una gasolinera. Teníamos esa referencia, y no pensábamos que estuviera dentro. Pero así ha sido. Habían montado una especie de gasolinera, con un coche antiguo, en una de las salas. No era muy grande, pero tenía un montón de objetos curiosos, fotos antiguas, y hasta recreaciones de cafeterías de la época. Casualmente, la biblioteca era además el colegio electoral, y hemos podido ver como votaban, nada del otro mundo.
Lo que notamos cada vez más, a medida que pasan los kilómetros, es que el paisaje de Missouri esta cambiando. Desde San Luis, el cambio ha sido radical. Cada vez hay más colinas y muchos más bosques. En Illinois era raro ver una colina. Había árboles pero tampoco llegaban a hacer un bosque. En Missouri en cambio estamos disfrutando sobremanera. Es un placer conducir por sus carreteras comarcales, ya que el contraste de colores es espectacular. El hecho de que sea otoñó también influye y mucho. Hay bastantes hojas caídas, con lo que los bosques están increíbles. Hemos tenido una tarde muy soleada, igual ha sido por eso por lo que nos ha maravillado tanto el paisaje, puede que ayer fuera el mismo paisaje, pero con un tiempo nublado.
A la hora de comer hemos cruzado la ciudad de Springfield. Tampoco tenía mucho que ver, sólo unas cabañas de piedra, pero tampoco eran muy especiales, se parecían mucho a las que hemos dormido hoy. Lo que sí hemos hecho ha sido detenernos a echar gasolina y a comer. No he comentado nada hasta ahora, pero el combustible esta súper barato. Hemos llenado el depósito con menos de 30 dólares, lo que serían al cambio unos 25 euros. Casi nada. Lo curioso es que es diésel es mucho más caro, y se ve muy poco, me atrevería a decir que no en todas las gasolineras tienen.
Para comer hemos elegido un local que tenía una pinta rara, el Tubby’s diner, pero como tenía algunos carteles de la ruta puestos, nos hemos decidido a entrar. Nos temíamos lo peor, pero la comida no ha sido mala, podría decir que incluso buena. El bocadillo con carne y queso, con pan de perrito caliente, esta buenísimo. Necesitábamos pararnos para llevar algo al estómago, habían pasado cinco horas desde el desayuno. Lo que no nos ha gustado ha sido que han sido un poco lentos, y tampoco tenemos tiempo de sobra, ya que para las 17 ya esta se noche. A las 14 ya estamos en la calle y en ruta.
Por la tarde hemos visitado uno de los lugares más curiosos de la zona, el local Gay Parita en Halltown. Lo he llamado local porque tampoco se puede denominar como antigua gasolinera. El dueño, Gary Turner, construyo este lugar de la nada hace pocos años. Es un amante de la ruta, y ha montado este local para charlar un rato con sus visitantes, tomar una soda con ellos, y darles consejos sobre la ruta. Al menos así ha sido en nuestro caso. Al llegar al lugar, hemos visto que la valla estaba cerrada, y ya pensábamos que no lo visitábamos cuando ha sido salido una anciano a saludarnos. Nos ha abierto la verja, y nos ha llevado a una especie de garaje donde tenía infinidad de objetos curiosos. Lo mejor ha sido un coche antiguo, al que había colocado dos muñecos, en homenaje a Bonnie and Clyde. El señor tampoco hablaba mucho hasta ese momento, le ha dicho a Esti que se metiera en el coche para sacar una foto, y después ha querido sacarse una con ella sentados frente al coche. No ha tardado mucho en sacarnos unas sodas y comenzar a preguntarnos de donde éramos, que hacíamos, de donde veníamos… Ha sido un buen rato el que hemos estado hablando con el. El señor era muy mayor, unos 80 años, pero no ha perdido la oportunidad de piropear a Esti.
A irnos a la garita de la gasolinera, nos ha estado explicando que sitios no podíamos perdernos de la ruta, donde teníamos que detenernos, tanto para ver cosas como para comer. Y se ha estado un buen rato, disfrutaba cuando hablaba de la ruta. Todavía nos ha dado tiempo a sacarnos unas fotos en la gasolinera. Nos ha dejado una bandera con el símbolo de la ruta, y nos ha fotografiado. Por lo que ha comentado, suele colgar esas fotos en su página web, por lo que nos ha pedido que se las mandáramos por email, que su hijo se encargaba de ponerlas. Y así ha terminado la visita a Gay Parita. Gary Turner ha resultado un señor muy agradable, un enamorado de la ruta que intenta transmitir ese amor a todo el que se detiene en su gasolinera.
Al salir de Halltown, y siguiendo las indicaciones de Gary, nos hemos perdido y hemos ido a parar a un pueblo llamado Aurora que no salía en la guía. El IPad nos ha cantado que estábamos bastante lejos de la carretera que teníamos que seguir. Así qué vuelta para atrás. Pero ha merecido la pena, los paisajes en esta zona son espectaculares, por lo que importa bien poco ir mal encaminado mientras disfrutas del camino.
Gary nos ha remarcado que visitáramos un pueblo llamado Red Oak, pero por mucha vueltas que hemos dado, no lo hemos encontrado. Así qué hemos vuelto a seguir las señales de la ruta, camino a Carthage. En este pueblo, se puede visitar un cine al aire libre, un drive in de esos en los que las parejas iban con el coche a darse el lote. Sólo hemos podido ver la parte de fuera, encima ya estaba bastante oscuro, aunque tampoco hubiéramos podido ver mucho más, había un cartel de propiedad privada en la entrada, cortando el paso.
Y el día no ha dado para nada más en la ruta. Cuando hemos llegado a Joplin ya estaba totalmente de noche, pero hemos encontrando el hotel sin ningún problema, ya que estaba junto a la carretera. Y esta noche hemos tenido suerte, ya que frente al hotel había un restaurante familiar, un Bob Evans. Y digo suerte porque por fin hemos encontrado un sitio en el que había cómoda sana. Ya necesitábamos dejar de comer fritos. Así qué nos hemos cenado una ensalada, de tamaño gigante por supuesto. Nos ha venido bien comer algo verde por fin. Si no, a este ritmo no nos va a entrar la ropa.
josebus os habeis enkontrau kon la familia de aguila dorada, y su hijo goma rota…. en la reserva india……
bueno tu al final nos hemos komido el bistec o ke?????????
bueno txabalote zaindu…. y kuidau kon los viejillos yankes … k tienen karita de salidillos…..