Loira. Etapa 1: Nantes – Le Pommeraye

No salgo de una y me meto en otra. Acabo de terminar de colgar lo que ha sido el viaje a China, al menos la parte del diario de viaje, cuando me pongo a darle de nuevo a la tecla. Acabamos de terminar la primera etapa de la ruta del rio Loira. Durante los siguiente cinco días, vamos a intentar completar los casi 400 kilometros que separan las ciudades francesas de Nantes y Orleans. Para llevar a cabo nuestro plan, vamos a pedalear por el tramo inicial de una conocida ruta europea, la Eurovelo 6, que va desde Nantes hasta Bucarest (mas de 4000 kilometros). Vamos a ir en paralelo al rio Loira, por caminos vecinales y casi sin trafico, y lo mas importante, sin ninguna cuesta. Esta seria la ruta ideal para iniciarse y engancharse al cicloturismo. En nuestro caso, además de pedalear, vamos a intentar conocer la zona, tan famosa por sus castillos.

El día ha sido duro, han sido un montón de horas de coche y unas cuantas mas encima de la bici. Hemos salido a las 6 de mañana de Laudio, por delante 670 kilometros al volante dirección Nantes. Como al final solo hemos venido Isusko y yo, hemos optado por meter las bicis en el maletero en vez de llevarlas en la vaca. Es mucho mas cómodo, ya que tan solo hay que quitar la rueda delantera, y listo, entrando dos bicis echando los asientos traseros adelante.

Como comentaba, ha sido un viaje largo hasta Nantes, pero lo hemos completado con pocos contratiempos. Hemos dado una vuelta a la circunvalación que rodea Burdeos, pero bueno, tampoco es que nos hayamos perdido. Al llegar a Nantes, sobre las 2 de la tarde (encima comidos), nos a costado un poco llegar al punto exacto donde queríamos aparcar el coche, pero para no haber estado nunca por la zona, tampoco nos ha ido mal del todo. El plan ha sido el siguiente: dejar el coche en un punto en el que pasa la ruta del Loira, sin tener que entrar en el centro de la ciudad, para montarnos en las burras y salir escopeteados sin tener que andar pensando por donde empalmar con el camino. Esa era la idea, y la hemos llevado a cabo tal como estaba planeado.

A las 3 de la tarde, hemos dado comienzo a la ruta. Hemos partido en paralelo al rio en todo momento, en una orilla o en otra, pero siempre siguiendo su curso. Los primeros kilometros hemos volado, no había mucho que ver por la zona, hasta que en el km 13 hemos tenido el primer pinchazo de la jornada. Empezamos bien. Hemos cambiado la camara y en 10 minutos estamos de nuevo en marcha. Cuando llevábamos un buen rato sin parar, casi en el km 30, he sufrido el segundo pinchazo. Maldita sea. Así no hay manera. Como no hemos encontrado nada en la cubierta (que la estrenaba hoy), he decidido poner cinta aislante en la parte interior de la rueda, por si había algo estuviera pinchando la camara. Y parece que ha funcionado, ya que hoy no he vuelto a pinchar. Después hemos rodado otros 20 km hasta el pueblo de Saint Florent, donde hemos hecho una parada para tomarnos un refresco. La terraza donde hemos estado tenía unas bonitas al rio y su puente. Así que hemos aprovechado para hacer unas fotos, que sobre la bici cuesta sacar la camara de las alforjas.

Ademas de los bellos paisajes ribereños, esta parte inicial de la ruta no ha destacado por nada mas hasta que hemos llevado a Ingrandes. La imagen de sus casas de piedra, acostadas en la orilla del rio, era de postal. Lo que nos ha sorprendido ha sido descubrir que en el rio Loira también tienen playa. En Ingrandes, aprovechan que el rio no baja con mucha agua para echar las toallas y darse un baño en algún punto no peligroso y sin corrientes. Unos pocos kilometros despues de ver esta estampa, hemos llegado a nuestro destino, la localidad de Le Pommeraye. Nos hemos tenido que desviar 3 kilometros de la ruta, pero ha sido un mal menor, ya que por esta zona no había muchos hoteles para reservar previamente por internet. Si que hemos visto un montón de campings, pero en esta ocasión hemos venido sin saco de dormir, comodidad ante todo, al menos por esta vez. Nada mas llegar al hotel (a eso de las 8), nos hemos duchado rapidamente y para las 8:30 ya estábamos sentados en la mesa. No nos hemos complicado y hemos ido a lo fácil. Encima la cena ha sido abundante, era tipo buffet, y hemos cenado todo lo que hemos querido. Para comer nos hemos conformado con unos sandwiches, por lo que a la hora de cenar necesitábamos cargar las pilas.

En resumidas cuentas, si no fuera por los pinchazos, ha sido un día de total tranquilidad. 68 km en 5 horas. Hemos ido un poco agobiados por llegar a tiempo al hotel, ya sabíamos que la primera tarde iba a ser así, pero a partir de mañana esto cambia: vamos a tener muchas cosas para ver y visitar, y todo el día para hacer los mismos kilometros que hoy. Intentare ir narrando nuestras vivencias, así que atentos al blog, ya que en esta ocasión va a ser casi on-line.

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